martes, 6 de septiembre de 2011

Cazando a Ricardo Soberón

El problema para cualquier gobierno que pretenda ser progresista pero que a la vez se deje seducir por la derecha de un país como el Perú a la que solo le falta andar con una macana en la mano para demostrar lo cavernícolas que son, es que nuestra derecha tan católica y romana peca de gula.

Y por eso no les ha bastado que el gabinete entero representen sus interés de clase (excepto el Ministerio de Mujer y Cultura los que con esas limitaciones y míseros presupuestos poco influyen en lo que pasa en el país) sino que también están yendo a las caza del Jefe de DEVIDA Ricardo Soberón. El pecado de Soberón es estar en contra de las erradicaciones compulsivas, haber sido asesor de una ex congresista cocalera y tener una buena relación con los dirigentes del gremio Cocalero.

Claro está que aquí la mano que mueve la cuna está en la embajada de Estados Unidos, con la embajadora a la cabeza, a la que tenemos hasta en la sopa y que parece que tuviera un espacio pagado en todos los noticieros que le dan cobertura y su opinión va desde la lucha contra el narcotráfico, pasando por dar consejos al Ministro de Producción, hasta decirnos que van a participar en la inclusión social, sin que ningún títere de la prensa ni ningún padre de la patria le llame “injerencia en los asuntos internos”, como nos tienen acostumbrados cuando los que opinan son de otras embajadas y tienen ideas diferentes a los que masacran medio oriente y trafican con drogas a través de su cartel de la CIA. Porque esta gringa puede salir con la mayor conchudez del mundo a reclamar con molestia que la paralización de las erradicaciones no se le consultó, como si esta fuera su chacra y los del gobierno sus peones que les deben comunicar cualquier novedad al patroncito. Y le hacen coro los congresistas que ven como plato delicioso la cabeza de Soberón y poderse tumbar a uno de los pocos preparados para enfrentar con seriedad la problemática de los campesinos cocaleros. Y la prensa le da tribuna como siempre a los “expertos” y “analistas” que no son otra cosa que vividores de la billetera gringa con Rospigliosi a la cabeza como lo demuestran los Wikileaks que dejaron al desnudo que su patriotismo es lo que los yanquis le financien para hacer campañas difamatorias contra los campesinos cocaleros, entre otras cosas.

Soberón hasta el cuello

Es que les gustaría a los fascistas, que como un cáncer se extiende y quiere comerse a este gobierno que innecesariamente les está dando todo para que le hagan la camita, que la lucha contra el narcotráfico siga como está. O sea que los fondos de la cooperación internacional se pierda en burocracia, que se siga erradicando compulsivamente con la violencia que genera, que no exista una real política agraria en el Perú que nos de soberanía alimentaria y aleje al campesinado de este cultivo, que no se erradique además en la zonas de Iquitos donde el narcotráfico ha colonizado nuevas tierras y llevado campesinos de la sierra en situación de semi-esclavitud y está haciendo mutar la hoja para que provea más alcaloides para drogas y que es donde sí absolutamente todas las hojas de coca van al narcotráfico. Pretenden seguir haciendo creer que la hoja de coca es droga sin entender que de ser correctamente utilizada e industrializada puede (como demuestran estudios de universidades gringas y europeas) ayudar a la salud y la alimentación de un país que tiene medalla de oro en tuberculosis y desnutrición en la región. Quieren que sigan los combates de cada erradicación y que todo se resuelva a bombazos para contrarrestar los paros y que los dirigentes sean puestos en una celda como solución.

Esta derecha, dentro y fuera del gobierno de Ollanta, que está en franca campaña para tumbarse a Soberón de DEVIDA, quiere además militarizar la lucha contra el narcotráfico. ¿Por qué primero no averiguan las cuentas corrientes de los oficiales policiales y militares a cargo de las zonas donde pulula el narcotráfico?

Unas fuerzas armadas y policiales donde el jefe de una comisaria le “alquila” el patrullero a los efectivos con tal que traigan la cuota o un jefe militar que trafica con la alimentación y vestimenta de su tropa no está en la capacidad de vencer la tentación de las mieles dolarizadas del narcotráfico. Una policía que hace redadas para las tribunas y las cámaras pero luego coimean a los micro comercializadores para soltarlos después, no están en capacidad del reto de reducir el narcotráfico. Las bases militares que ven pasar y pasar los insumos químicos del Señor Romero que son todos para elaborar PBC y cocaína deberían ser, más bien, vigiladas y controladas. En pocas palabras, seguir con las políticas que el norte nos manda significaría que este narco estado, el que nadie quiere reconocer, crecerá como en Colombia y México. Y la máxima demostración es el Informe anual de la ONU que nos coloca, después de décadas de hacerle caso a la DEA gringa, en el segundo lugar de los países en elaboración de cocaína.

Y contra todo esto tiene que batallar Ricardo Soberón si quiere ser fiel a su postura dialogante y no dejarse doblar el brazo. Y es también un momento donde los buenos ejemplos, de integridad y valentía, comiencen a darse en este gobierno que nos costó a todos, menos a los que hoy ocupan cargos de Ministros y mucho menos a la embajadora del país donde se consumen drogas ( y se producen además) como tomar desayuno, almuerzo y cena.

Hasta la victoria siempre

Guillermo Bermejo Rojas.

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