lunes, 7 de febrero de 2011

Encuestas y Elecciones 2011

Las bastantes cuestionables encuestas en el Perú nos han arrojado algunos datos que confirman que no pueden, aunque quisieran, tapar la desilusión de las mayorías con el modelo económico neoliberal. Estos datos y los discursos de los distintos candidatos nos indican también aquello que señalara hace ya algunos meses en otro artículo: que todos los candidatos se alejarían de la derecha electoral, aunque en esencia lo sean; y que aquellos que se quisieran desalinear de la izquierda se irían estancando o desapareciendo como opción presidencial.

Una reciente encuesta realizada por la menos dudosa de las empresas encuestadoras (PUCP) arroja que un 74% de la población quiere cambios del modelo económico, los cuales van desde moderados hasta radicales. Este porcentaje es muy similar al que arrojó días antes de las Elecciones Regionales y Municipales del 2010, que llevó a las fuerzas progresistas al triunfo electoral. Solo se perdieron las elecciones, en el campo popular, en los lugares donde la estrechez, el sectarismo y la torpeza hicieron ir por separado a las organizaciones que van desde el nacionalismo a la izquierda.

Es importante señalar que si reconocemos que la situación del país es de por sí mala, el 40% de la población siente que su situación económica en este Gobierno ha empeorado y un 39% que sigue igual. El 53% admite que hay más inflación. El 48% que hay menos empleo y 29% que igual que el gobierno anterior. El 48% que hay más pobreza y el 33% que igual pobreza que con Toledo. El 79% siente que el Gobierno no ha hecho lo suficiente para que las empresas privadas respeten las leyes en el País. El 77% desea que el próximo Gobierno fortalezca empresas publicas como ENAPU (Empresa Nacional de Puertos) y Petroperú. Y un contundente 83% está en desacuerdo en cómo se manejan los recursos del Estado por tres motivos fundamentalmente: la corrupción, que estos recursos no van a los más pobres y porque hay desigualdad. Y en ninguna zona del país existe mayoría alguna que le escriba un verso a la política del saqueo y la explotación. Y sobre Corrupción, sello imborrable de este Gobierno, el 68% dice que existe más corrupción que en el gobierno anterior.

No me queda duda de que las cifras en realidad deben ser más duras frente a la catástrofe económica que es el capitalismo salvaje. Pero vamos, las encuestas, al servicio del capitalismo, han frenado hasta donde han podido el malestar general. Y aun así el veredicto es aterrador para los voceros de este modelo que hace hueco en el bolsillo de las mayorías para engordar a una ínfima minoría y sus patrones del norte.

Y los partidos de la Derecha han acusado recibo. Resulta que Toledo vuelve al papel de Pachacútec con el que burló al país para luego portarse como Pizarro. Y nos promete que no rematará ninguna riqueza más, aunque en su gobierno remató hasta donde pudo. Resulta que Keiko, heredera del Gobierno que inició la destrucción de los derechos laborales y puso en remate las empresas públicas y riquezas naturales, quiere distribuir mejor la riqueza. Y Castañeda igual, nos dice que merecemos estar mejor, pero olvida el desfalco a la Municipalidad de Lima con el que se enriqueció él y toda su camarilla corrupta. Hasta PPK promete cambios económicos, esas herejías que él maldecía cuando fue el Tótem del neoliberalismo que ahora pretende negar bañándose en playas populares.

La pregunta sería: ¿por qué entonces la candidatura de Ollanta Humala no prende? Y también esta otra: ¿por qué 3 de los 4 mencionados más arriba se encuentran firmes en los primeros lugares? Permítanme algunas apreciaciones:

A estas alturas no alcanza decir solamente que las encuestadoras están ninguneando a Humala. Sí es verdad que están mintiendo pero también que Humala está pagando la factura de no entender el mapa electoral post elecciones municipales y regionales. El grupo que rodea a Humala lo aconsejó bastante mal y le hizo (y hace, según parece) creer que los votos antisistema le pertenecen. El no participar del último proceso llevó a muchos de sus militantes y simpatizantes a otras organizaciones regionales y hoy, después del éxito, exigen un lugar en las listas para los que sí construyeron cuando se necesitaba ganar las Regiones y Municipios.

Creo también que Humala está pagando la factura de que en cinco años fuera incapaz de ponerse al hombro la lucha social, otra vez porque sus “asesores” le dijeron que se “quemaría” si lo hacía. Tanto así ha crecido su descrédito que en algunos sectores no le perdonan que se haya opuesto a los dos pedidos de vacancia presidencial, la primera cuando los Petroaudios y la segunda con el Baguazo.

También está pagando la incapacidad de hacer alianzas. Ni con Arana, ni con Pizango, ni con el MNI, ni con Fuerza Social, ni con ningún gobierno regional tiene un trato serio para engrosar las filas de su campaña. Dato adicional es la conformación de sus listas al Congreso y al Parlamento Andino. En cinco años no tener claro a quiénes llevas y a quiénes no, lo está retrasando y a sólo 60 días de las elecciones le impide tener claridad y tranquilidad de hacia dónde ir.

Lo último es su desmarque de la izquierda y del antisistema. Eso es lo más grave. Hay una línea permanente que indica que 3/4 partes del país espera que las cosas cambien, mientras Humala parece más interesado en caerle bien a Mario Vargas Llosa, a la Bolsa de Valores, a las Empresas Trasnacionales y a la Cámara de Comercio. ¿No hay nadie cerca que le diga que para esos sectores él es un leproso político? Que del hombre que quiere hacer una “gran transformación” hablen mal los que explotan al pueblo, dice bien de él. Pero que él quiera caerle bien a éstos que harán lo que sea para que esa transformación no se dé, habla muy mal de su persona.

Si lo de Ollanta fue en color escarlata el 2006 y solo se le detuvo con fraude en la primera vuelta, ¿por qué diablos ahora se trata de hacer el centrista cuando hasta los más destacados fachos están tratando de ponerse aunque sea rosaditos?

Si Humala, según la encuesta citada, solo representase a ese 37% de entrevistados que quieren cambios radicales en el Perú, estaría puntero sin ningún apuro, sin ninguna sombra detrás. Y si lograra captar la mitad de ese otro 37% que quiere cambios moderados, se mandaría a los candidatos del continuismo a Miami con todas sus chivas. Y en primera vuelta.

A ver si despierta Ollanta y se da cuenta que en el centro político “no hay cama para tanta gente”, que necesita entablar alianzas y no subordinados - ya que ésta es una elección y no un cuartel -, y que ser de izquierda es hoy el único lugar que existe para combatir a la derecha, a la oligarquía y al imperialismo. Y que si no despierta y no rectifica el camino se despertará en su funeral el 10 de Abril. Por el bien de todos espero suceda lo primero.

Hasta la victoria siempre

Guillermo Bermejo Rojas.

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