viernes, 21 de enero de 2011

Entre el indulto al Chino y una cárcel de verdad

Y entró en la agenda y debate el saber quiénes le darían indulto al ladrón y asesino de Alberto Fujimori. Se ven posiciones acobardadas como la de Toledo que dice que si fuera el caso, si se tratara, si resultase, si todo indicara y si fuera necesario, le daría la gracia presidencial al desgraciado que mandó asesinar a miles de peruanos, encarceló a centenares de inocentes y desapareció a miles de compatriotas.

Me pregunto qué cara habrá puesto el nuevo jale Chakano Ronald Gamarra, que fuera Secretario  Ejecutivo de la Coordinadora Nacional de los DDHH y que jugó un papel más que importante en el juicio al delincuente. De Toledo no sorprende esta actitud pues en su gobierno se reanudaron las relaciones con Japón a pesar de la burla de este país con el tema de la extradición.

También hay posiciones más abiertas como la del ciudadano norteamericano Pedro Pablo Kuczynsky quien sí le daría el beneficio al dictador si se pone malito. Si se enferma el japonés, el gringo le da el indulto.  Y es gracioso porque PPK también tiene su escudera en el tema de DDHH. Marisol Pérez Tello, según dicen los que la conocen, es una abogada que quisiera llevar al PPC - cómplice  de las matanzas del Estado en los años de la Guerra interna - hacia el lado de los defensores de los DDHH. Con ello se demostraría, de ser cierta su posición, la vigencia del dicho que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno.

De Castañeda no podemos ni siquiera dudar de su posición a cerca de darle el indulto a Fujimori. Uno de los partidos aliados del mafioso ex alcalde es Cambio 90, partido original del fujimontesinismo, así que no creo deba hacer mayor comentario.

Y claro está el partido de Keiko, la hija del hampón japonés. Ahí sí que no solo quieren libre al Dictador sino que serían capaces, luego de sacarlo, de hacerle un monumento, darle la Orden del Sol y repararlo económicamente por sus años de prisión. Ver la lista al Parlamento que tiene la pandilla naranja es una patada debajo de la ingle: el almirante Carlos Tubino, quien se negó a identificar a quienes quemaron vivo a un menor de edad en un cuartel militar; el coronel Oscar Cáceres, guardaespalda de Montesinos; el abogado Sergio Tapia, defensor de militares violadores de DDHH y promotor de leyes pro impunidad como el DL 1097, entre otros. Y claro, el impresentable de Rafaelito Rey, camaleón político pero siempre al servicio del terrorismo de Estado, así como el otro hijo del dictador Kenyi Fujimori (que debería pasar por un sicólogo antes de andar suelto) y el tío Santiago. Las chicas súper nauseabundas Marta Chávez, Marta Moyano, la Cuculiza, la Lozada  y la que duerme en el congreso Marta Hildebrandt. Y como para no olvidar que la basura viene con moscas dice presente en la caravana de la impunidad Carlos “rastrero” Raffo.

Hasta este minuto el único que se ha pronunciado en contra del indulto es Ollanta Humala. Y dentro de este mar de sucio oleaje pro impunidad resulta la posición del líder del PNP un alivio.

Lo cierto es que no hay ningún motivo para darle el indulto al sátrapa que nos gobernó. Primero porque más que preso, Fujimori está detenido. No se encuentra en una cárcel sino en una dependencia policial, no está en una celda sino en una habitación. No tiene régimen carcelario y se pasea a sus antojo, crea jardines, recibe visitas hasta de 200 por día y en el colmo de los colmos vende utensilios de campaña y hasta curules a vista y paciencia de los que lo “custodian”. Para esas cosas el padrino del Grupo Colina no está enfermo.

Y aunque me salgan con leguleyadas como que no procede el indulto para casos de violación de DDHH lo cierto es que una vez que se lo den el chinito agarra su pasaporte japonés y en Tokio nos sacará la lengua con su nacionalidad japonesa.

El tema de la enfermedad de Fujimori es una treta que nos demuestra cómo en esta sociedad capitalista si te vas preso y tienes poder político y dinero pones de rodillas al periodismo, a los políticos y a los poderes del Estado para que clamen por tu libertad, así hayas cometido matanzas atroces y robado a un pueblo pobre como el Perú. Pero si eres de los de abajo y estás preso por delinquir para sobrevivir y no tienes perro que te ladre te mueres en las “pampas” de los penales, esos lugares llenos de tuberculosos, cancerosos y sidosos terminales sin que nadie, absolutamente nadie, abogue por ti.

Sigue quedando de tarea el lograr que un delincuente, ladrón y asesino, que ha tratado de burlarse del Perú abogando nacionalidad japonesa o tratando de ser Senador en el mismo Japón para evadir la justicia vaya a una cárcel de alta peligrosidad como le corresponde.  Y que ese triunfo sirva para que los otros hampones y violadores de DDHH que creen que el poder les da impunidad comiencen a temblar.

Hasta la victoria siempre

Guillermo Bermejo Rojas.

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