jueves, 20 de enero de 2011

Vargas Llosa y La Chalina de la Esperanza

“La memoria pincha hasta sangrar a los pueblos que la amarran y no la dejan andar libre como el viento” . La memoria- León Gieco

Quiero comenzar saludando la disposición de la Municipalidad de Lima para hacer posible la realización de la exposición de la Chalina de la Esperanza, la misma que fuera mutilada por el Municipio de San Isidro con ridículos argumentos, como que ésta hacía apología al terrorismo o que no habían sido bien informados sobre su contenido. Saludar también a las organizaciones de DDHH que a través de la Chalina de la Esperanza siguen poniendo el hombro por el tema de Memoria, Verdad y Justicia.

Es indispensable que el tema de las desapariciones tome la importancia que merece. Son quince mil que no están por esa política que planteaba que era mejor matar cien indios si uno solo era subversivo. Quince mil de los que no sabemos nada porque quienes sí saben se tapan entre ellos. El Ejecutivo que dio luz verde para desaparecerlos, el Legislativo que apañó y no se preocupó jamás por lo que pasaba con las denuncias (salvo contadas excepciones), el Poder Judicial que no sirvió para nada, más que para limpiar a los asesinos y las Fuerzas Armadas y Policiales que ejecutaron los planes de exterminio Made in USA; y, claro está, la Iglesia que echó agua bendita en los fusiles y cuchillos asesinos, en los cuerpos tirados a los ríos, en las cenizas que quedaron en los hornos del ejército, en los picos y dientes de los carroñeros, en los cementerios clandestinos; cuando Cipriani tocaba las campanas para no oír los gritos por las torturas.

Hoy todavía siguen apareciendo fosas clandestinas en nuestro ensangrentado país gracias a la valentía de las poblaciones afectadas y el apoyo de algunas instituciones de Derechos Humanos a pesar de las amenazas “anónimas” y de las trabas estatales. Esta aquí el doble valor que tiene que la Municipalidad de Lima se ponga el tema al hombro y haga más visible esta herida sin cerrar. Y debemos, los activistas de DDHH y las organizaciones que luchan contra la impunidad, exigir la lista de los miembros de las Fuerzas Armadas y Policiales que cometieron violaciones de los DDHH e iniciar campañas sostenidas para saber qué es lo que hicieron con estos quince mil que cada día que pasa son mas, y que les siguen faltando a sus familiares, para hacer de este país un lugar más respirable.

Lo que sí creo que es un error tremendo del Municipio y las organizaciones de DDHH es el tema mediático. Se está usando a Mario Vargas Llosa como portaestandarte en este tema por su publicidad como Nobel y, vamos, este personaje aún le debe muchas explicaciones al Perú por su informe infame sobre el asesinato de los periodistas en Uchuraccay. Marito le tiró toda la culpa del hecho a los comuneros, negó que las Fuerzas Armadas azuzaran a las poblaciones contra los forasteros, exoneró a los salvajes Sinchis (esos que se entrenaban comiendo tripas de perros) y, claro, negó la política de tierra arrasada terriblemente practicada en esos años. Todo eso estigmatizó a las comunidades andinas como salvajes y sirvió para que las Fuerzas Armadas y las huestes de Guzmán justificaran la matanza de pobladores.

Pero el negativo andar de Varguitas sobre este tema de DDHH va mas allá de nuestras fronteras: apoyó la invasión a Irak, esa donde los gringos van asesinando a más de un millón de civiles, miles de torturados, miles de desaparecidos, miles de secuestrados orinados y humillados en videos y hasta en cárceles secretas que los gringos tienen en los países que son sus satélites; también apoyó con vehemencia la invasión a Afganistán donde la cifra de violaciones es casi igual al caso Iraquí; apoya el Plan Colombia que esté significando la masacre de miles de colombianos pobres a manos del paramilitarismo criminal financiado desde la Casa Blanca y ejecutado por la Casa de Nariño. Apoya, pues, la política de la sierra eléctrica para descuartizar campesinos, estudiantes y dirigentes sociales que no canten la canción que le gusta a los que por rematar Colombia han hecho de la tierra de García Márquez la tierra del horror.

Por eso me pregunto con qué estómago algunos queridos amigos de DDHH y del Municipio le daban la mano al facho de MVLL. A veces por quedar bien para las cámaras se queda mal con lo correcto, con la verdad, con la historia, con la memoria. Cuando los principios se van reduciendo por la comodidad de un titular o cinco minutos en la tele, cada vez más nos parecemos a aquello que decimos combatir. Y terminamos blanqueando a quienes merecen todo nuestro repudio.

Porque considerar que, quien cree en este incesante saquear de países pobres para engordar los bolsillos de los opresores es correcto, quien justifica los pies descalzos de las mayorías para que una minoría cambie de coche cada año como un daño colateral, que festejar tirando la comida que faltan en otras mesas es una anécdota, algún día se pondrá de este lado de la cancha porque se acomodó astutamente a alguna coyuntura (como la renuncia al el Lugar de la Memoria, o porque estuvo contra el Decreto Ley 1097 que el 80% del Perú rechazaba) es ser bastante ingenuo.

Como dice Bertolt Brecht: “Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo”.

Sin duda, sin la participación de este individuo no hubiera necesidad de poner esta nota agria en este avance plausible de la Comuna Limeña y las organizaciones convocantes. Es tiempo de rectificar.

Hasta la victoria siempre

Guillermo Bermejo Rojas.

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