“Antes iban de profetas y ahora el éxito es su meta, mercaderes traficantes, más que nauseas dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza”. La belleza, Luis Eduardo Aute.
No quedan dudas que para ganar las elecciones en el Perú hay que ponerse las banderas de la izquierda al hombro, esto hasta la derecha lo reconoce. Gran parte de la culpa la tiene esta incansable incapacidad de la izquierda peruana en ponerse de acuerdo entre sí, que logra que cada 5 años vengan a alquilarnos las propuestas con la promesa de cumplirnos y que en la lid electoral sean los lobos neoliberales quienes se vistan de ovejas progresistas y terminemos escogiendo a quienes mañana olvidarán lo que prometieron.
Fujimori fue el anti shock contra Vargas Llosa en los 90 y luego un golpista genocida para cumplir con lo que el FMI, el Banco Mundial y demás operadores del Imperio decidieran. Le hizo todo el daño que pudo a los sindicatos desapareciendo los derechos laborales, destruyó todas las empresas públicas e inicio el remate relámpago de las riquezas del Perú. En el 2000 Toledo con vincha guerrera caminaba con la radicalidad y ya en el gobierno le salió el matón capitalista en el Arequipazo y en Puno. García en campaña el 2006 era anti minero, prometía acabar con las services y retirar la firma de Toledo del TLC con los yanquis. Ya gobernando Alan fue el del perro del hortelano, ciudadanos de segunda categoría, el Baguazo y la criminalización de la protesta y los 200 asesinados en protestas.
Y uno esperaba que con Ollanta la cosa fuera a cambiar. Al final (y sí, al final nomás, pero lo hizo) se levantó contra la cleptocracia de finales de los 90, salió libre de las acusaciones de Madre Mía, mantuvo acercamiento con el pensamiento que está liberando América latina del yugo oligarca e imperialista y tuvo la capacidad de encabezar la única posibilidad electoral frente a la derecha. Tanto el 2006 como el 2011 se le reclamó que usara el discurso de izquierda pero que no le gustara alianzas serias con este sector. Claro, si era para democratizar la elección de sus congresistas uno entendería; pero en ambas ocasiones se dedicó a colocar (excepto poquísimos virtuosos) a impresentables que lo traicionaron ayer y lo petardean el hoy.
Escribir las promesas de campaña de Humala seria extenso y además las conocemos todos. Pero bueno sería recordar al menos el cogobierno que prometió con el pueblo, las puertas abiertas que dijo tendría Palacio y la confianza que deberíamos tenerle. Pero entre mayo y julio le salió el “una cosa es con guitarra y otra con cajón” y los papeles del proyecto de la gran transformación la están usando en el baño los ministros hijos del neoliberalismo. Hoy Luis Bedoya Reyes ha puesto un cartel grande en Palacio para que lo lea Dionisio Romero desde San Isidro: “Solo fue un susto, todo sigue igual, Humala es una grata caja de sorpresas”.
Porque hoy al gobierno de Humala lo están bendiciendo el periodismo que ayer lo tildaba desde cachaco bruto, golpista, soldado de Chávez y salto al vacío. Hoy la CONFIEP y la Sociedad Minera le sacan pronunciamientos en todos los diarios para felicitar que no se haya desviado de la ruta del saqueo y la explotación. Los mismos que ayer decían que si ganaba Ollanta harían maletas para irse del país, hoy se mudaron a Palacio. Los que hicieron una colecta millonaria para la contra campaña más sucia que nadie recuerde, hoy salen en la tele hablando a favor del gobierno. Hoy para Ollanta todo lo firmado “va” y baila Conga con los corruptos mineros y zamba con sus amigotes brasileros para construir hidroeléctricas y destruir el medio ambiente, agricultura y esperanzas populares.
Hoy Ollanta recibe en Palacio a todos los funcionarios que vienen de los yunaites que, cual maestro de primaria, le ponen su carita feliz en la frente como recompensa por hacer de las riquezas de la patria bandeja para sus dientes, a costa de la pobreza nacional. Hoy la soberanía enterrada desde siglos seguirá esperando que venga el pueblo a rescatarla.
Resulta que hoy Ollanta es hasta tierno (que más suena a títere) para la jauría disfrazada de analistas, que ayer nomás anunciaban el fin del país si ganaba Ollanta y nos mentían hasta la suciedad para que no votáramos por él.
Hoy la cara le vuelve a sonreír a Rosa María y Aldo Maliántegui ya no toma pastillas para dormir, hoy Jaime de Althaus es su defensor por cable y El Comercio saca titulares respetando lo que dice Humala y apoyándolo claro está. Hoy, si se le caen congresistas de su bancada por corruptos no pasa nada porque en la votaciones importantes como la mantención del modelo económico igual da fujimorista ratero, aprista carterista, ppcista aceitado por minera que nacionalista inepto.
Y es tal el continuismo descarado que no se aceptan disidencias. Puedes ser un servil a los poderes económicos como Chehade y armar la chanchada más asquerosa que uno recuerde y te mandan a una comisión del Congreso donde a lo mucho te dejaran sin sueldo tres meses y luego sales limpito, cuando te deben meter preso por corrupto. Pero pobre de ti si como Carlos Tapia se te ocurre discrepar y ponerte a decir, imaginariamente al menos, que estas del lado de Cajamarca si fueras de esa tierra porque te botan como a perro sarnoso. Y un “asesor” sin sueldo, o sea un lobista, o sea un corrupto peón en el ajedrez de las trasnacionales te puede sacar la lengua por internet sin que nadie le diga que al menos haga menos bulla.
Hoy el pueblo está en las calles defendiendo lo que es suyo y lo hará con todas las herramientas que a la mano tenga. Defendiendo cada centímetro de tierra que le pertenece, cada cultivo, cada soplo de aire limpio, cada minuto de trabajo, cada gota de agua. Ese mismo pueblo que llevó a Humala al gobierno comienza a llamarlo traidor en sus pancartas, le exige que cumpla sus promesas y comienza a movilizarse pues siente y sabe que ya nos robaron en la mesa lo que ganamos en la cancha. Y se va desencantando también de esta democracia que es como llamamos a esta putrefacción de explotadores, corruptos y vende patrias que creen estarán por siempre en el poder.
Y la respuesta de este gobierno sigue siendo, como en los gobiernos que lo antecedieron, decirles extremistas a los estafados electoralmente, decirles minorías al 77% que sigue exigiendo cambios sustanciales y que por todo el país se movilizan. Y ante el pueblo movilizado llevan como solución de un problema político a la policía armada hasta los dientes listas a reprimir y las “comisiones de alto nivel” que no son otra cosa que la mecedora estatal. Parece que de los heridos graves en Andahuaylas y los cocaleros erradicados y dejados a la miseria en Aguaytía estamos en cuenta regresiva para comenzar a contar los muertos en los demás lugares donde se reclama una vida digna y respeto a la decisión de los pueblos.
Al ritmo que va Ollanta solo falta que Fernando “yo cobro de la embajada gringa y qué” Rospigliosi, Juan Luis “los derechos humanos son una cojudez” Cipriani y Jaime “teniente coronel dado de baja” Bayly inicien la campaña “Humala re elección”. Y que éste por eso y muchas cosas más le dé el indulto a Fujimori en navidad, para que Rafael Rey le mande un besito volado a su ex odiado.
Bien dicen que cuando de un progresista habla mal la caverna derechista, eso dice muy bien del progresista. Cuando es al revés no quedan dudas que te bajaste los pantalones con el sistema que te convierte en cómplice de la desgracia del pueblo al que alguna vez juraste defender.
Hasta la victoria siempre
Guillermo Bermejo Rojas.
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