La solución de todos los problemas para la oligarquía nacional la resuelven la violencia represiva y la prisión. La violencia callejera que proviene de la pobreza que acorta tripas, que agujera bolsillos, mata sueños, que hace pared con una educación de zoológico, se resuelve con más policías, más patrulleros, penas más altas, más cárceles, penas de muertes, cadenas perpetuas, según dicen los que defienden este modelo económico al que consideran el paraíso terrenal, pero que es culpable de esta realidad de inseguridad constante en las calles.
Y según la mafia Fujimori, la forma preventiva de evitar pandilleros es el Servicio militar obligatorio. Claro, lo ofrecen quienes heredaron de su papá, el delincuente y asesino que maneja la campaña desde la DIROES, las famosas levas que, en concreto, secuestraban adolescentes de los pueblos y barrios más pobres del Perú y los obligaban servir a los intereses de los que mandaban matar a todo aquel que oliera a zurdo.
Pero resulta gracioso que quien lo proponga, entre otros esperpentos fujimoristas, sea Kenji Fujimori que verlo de militar cuidando una frontera, cuartel o dependencia pública lograría que nos invadieran a pie y sin armas.
Claro, el que jugaba con los helicópteros de las Fuerzas Armadas para irse de juerga con los amigos o de luna de miel con su perro puñete que puede saber de lo que es entrenamiento militar en manos de una Fuerza Armada que tiene que ser reformada por un nuevo gobierno o seguirá con la lógica de que el más sanguinario es el mejor soldado y es más patriota el mas salvaje con las poblaciones.
Y lo mismo repite Keiko en sus campañas por los pueblos jóvenes, hartos de tanta violencia juvenil: Servicio militar obligatorio. Lo que no dice, tal vez por que su estrecho cerebro que imagina a su papi haciendo el trencito con tío Vlady no le permite, es que fue justamente en el gobierno de papi cuando las pandillas aparecieron como resultado de las pocas oportunidades de trabajo y estudio para los peruanos. Si elitizas la educación primaria y secundaria y no invierte el Estado en asegurar lo mínimo, si conviertes en privada la educación superior, si cierras las fabricas e industrias nacionales como hizo papa Alberto no dudes que ese millón de niños y jóvenes que quedaron a lado del camino buscaran distintos caminos para resolver su futuro.
Algunos cruzaran frontera para ser mano de obra en países vecinos, otros venderán hasta el alma y se irán de ilegales a países mas desarrollados y otros andarán en el sub empleo y desempleo constante y por supuesto un gran grueso entrara a la delincuencia.
Y como su canica de neurona no le deja ver mas allá del libreto que su tío Raffo le hizo, repite el discurso que cree que meter a los jóvenes a los cuarteles solucionará la violencia en las calles. ¿Sabe doña Keiko que son justamente los jóvenes que pasaron por los cuarteles los que no son pandilleros sino miembros de bandas profesionales de secuestro y asalto? ¿Les quiere enseñar a portar y usar armas a jóvenes de endeble educación con un discurso falso de amor a la patria y luego tirarlos a las calles sin trabajo y sin futuro? Genial, más de lo mismo. Si hoy solo en Lima tenemos mil pandillas prepárense para otra tanda más de estos jóvenes a los que esta sociedad capitalista con su exclusión social ha convertido en hordas y no sabe como deshacerse de ellos ahora.
Pero si el tema no fuera tan serio, las palabras de María Luisa Cuculizza, congresista fujimorista, daría risa. ¿Así que toditos los jóvenes harán servicio? ¿Los chiquillos de “Eisha” también? ¿Sus papis los dejarán? ¿Y Los PPKojuditos irán al cuartel? ¿Como dirán? ¿Puta o sea manyas a la derecha? ¿O usarán uniforme con los colores de PPK?
Saben que mienten y que esa treta es para el público. Ellos quieren que todo siga igual, que se armen las levas para tener a los hijos del pueblo pobre como carne de cañón en los conflictos y de culpables de lo que ellos mandan a ejecutar. Por que si los ricos quieren participar en las Fuerzas Armadas y Policiales lo consiguen en las escuelas de oficiales, en esas escuelas donde si no tienes padrino o apellido no entras, en esas escuelas en la que los pobres solo entran como servidumbre.
Por suerte no ganarán los mafiosos vestidos de naranja, porque en este tema como en otros demuestran sin vergüenza que están en la calle y que viven añorando días que los peruanos con memoria no permitiremos que vuelvan jamás.
Hasta la victoria siempre
Guillermo Bermejo Rojas.
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