sábado, 4 de junio de 2011

No olvido

No olvido,

¡Cómo olvidar el grito inocente!

la sangre que recorría como manantial nuestro suelo

y los gemidos punzantes por las torturas.

 

No olvido,

cuando caían las balas sobre nosotros;

yo jugaba y Pedrito cayendo,

yo reía y María muriendo;

las escuelas como cuarteles

y mi casa sus trincheras.

 

No olvido,

la lluvia dejó de caer temerosa sobre nuestro campo,

caían bombas regando mi huertecito;

el mío y el de mis amiguitos,

seguían cayendo

ahora Javier y Paquito.

 

No olvido,

cuando entraron los de verde con casco como mis juguetes;

fueron los 90

como 90 balas que recibían mis amigos,

ahora Raúl y Florcita.

 

No olvido,

otra vez los de verde;

temía a mis juguetes,

ellos no jugaban;

por fin entendí.

 

No olvido,

sus balas sobre nosotros y los de verde sobre las muchachas.

 

No olvido,

mi chanchito saseando su hambre y su robo aterrorizándonos;

mis chacritas quemadas y mi pelota desinflada por una bala.

 

No olvido,

no perdono,

no me reconcilio.

Lucho Trinidad.

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