A ver como es la cosa. O sea resulta que como a los señorones de los medios de comunicación no les gusta que se democraticen las licencias ni que se descentralice las autorizaciones, resulta que los que sí queremos eso somos anti democráticos e interventores.
A la burguesía local le gusta la libertad de expresión que salga en bolsas llenas de dinero sucio de la salita del SIN, previa revisión de su línea editorial, le gustan los todopoderosos en los medios masivos, personajes mafiosos como los Crousillat, los Delgado Parker, los Miró Quesada, los malos herederos del Señor Mohme, los Vera Abad, los Shultz, los Winter o los Baruch Ivcher, todos al servicio de los delincuentes que nos han gobernado y pretenden quedarse varias temporadas más, si se lo permitimos.
Para la derecha peruana, esa que va en varios frascos electorales para marearnos, pobre de aquel periodista que se salga del libreto que se les da. Pobre de aquella pluma rebelde o voz que rompa grilletes. Pobre del que crea que tiene libertad de opinar fuera de lo que se les dice y plantea. Puedes acabar como Melissa Alfaro destrozada por una carta bomba de los paramilitares de la época del dictador japonés, o así rayes en el clímax del rating, puedes acabar expulsado de medios masivos como César Hildebrandt o ser echado como Bayly por decir la verdad sobre una candidata apoyada por narcos. O puedes también ser excluido de la propaganda gubernamental y ser auditado más que cualquier otro medio, como pasa con el diario La Primera. Pueden también cerrar tu radio como en Ica después del terremoto si dices algo que no les gusta a sus majestades. O como en Bagua te pueden romper la radio para tapar sus mentiras y asesinatos.
Y para los amos de los medios televisivos, radiales y escritos es democrático trasmitir los Simpson o El Chavo para tapar una marcha como la de los 4 Suyos, con todo lo que significó, o transmitir algún partido repetido de los malazos de la selección de futbol mientras el pueblo exige referéndum, con todo lo que costó. O matar a algún personaje de telenovelas cuando las elecciones se te comienzan a complicar y se ve venir un triunfo como el de Susana el año pasado.
Para la derecha peruana el periodismo consiste en decir lo que le interesan a los poderosos. Y si sacan algo contra de ellos la cosa se soluciona o botando al atrevido o colocándole publicidad para comprarlo sutilmente o comprarlo de frente como intentan las mineras con algunos periodistas.
Y en plena campaña electoral toman partido sin vergüenza los canales 2, 4 y 9 que Toledo les dio en su gobierno a sus amigos Baruch, Mohme, Miró Quesada, Cuneo y que ahora apoyan al sano y sagrado. El canal 5 que está en manos del Fujimorista Shultz apoya a Keiko. Canal 7 que debería ser del Estado y no del gobierno apoya a Castañeda y también a Keiko. Y las radios que están en manos de los Delgado Parker apoyan a cualquiera que no sea Humala. Y los periódicos Correo dirigido por el anormal de Aldo Maleantegui, La Razón que parece que la dirigieran los Colina y el diario Expreso, que nadie sabe como se mantiene, apoyan al propio estilo de Montesinos a la hija del dictador. Y diario 16 al que sólo le falta el rotulo de la chacana, Perú 21, El Comercio y La Republica están con Toledo. Ah pero eso sí, todos, apoyan asolapados a su segunda opción: Castañeda. Y están más hermanados a días de las elecciones con un propósito: pegarle a Humala con todo lo que encuentren.
Lo que no termina de entender ese periodismo barrista del neoliberalismo, que es despreciado por el 78% de la población, es que casi nadie les cree. Que eso de creer “electarado” a los que votan distinto al señor Dionisio Romero, al Cardenal Cipriani, a Raúl Vargas o a Chema Salcedo es tan insultante y anti democrático que terminará siendo su epitafio en la tumba de la historia. Que esos a quienes desprecian llamándolos “llamas y alpacas” les demostrarán con su voto este domingo que su cuento del salto al vacío y otros cucos son mentiras y que el cambio es posible y preferible que seguir viviendo en un sistema donde los medios de comunicación callan las voces de las mayorías que quieren que el modelo económico neoliberal agarre su crecimiento para unos cuantos y de la mano se avienten de un puente y que los dejen de joder, de explotar, saquear y creer estúpidos.
Una vez más la burguesía nos enseña que creen que su libertad de empresa está por encima del derecho que tenemos los peruanos de tener medios de comunicación que sean alternancia a sus monopolio. Porque quieren seguir usando ese monopolio informativo para tapar los faenones con el remate de los recursos naturales de la patria, para mentir sobre las luchas del pueblo y criminalizar a sus dirigentes y que el país continúe igual de corrupto, ineficiente, con una brecha entre ricos y pobres que aumenta sin piedad. No lo podemos permitir.
Hasta la victoria siempre
Guillermo Bermejo Rojas.
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