miércoles, 27 de abril de 2011

Soy

Un poemilla para que se relajen.

Soy un gorrión que vuela en todas las estaciones del año,

no solo en otoño o en verano

o cuando las mariposas se guardan recelosas por las almendras;

por la lluvia,

allí también se posa mi canto.

 

Soy un delfín que nada hasta por los aires de cualquier frontera,

sobre todas las millas,

delante de ellas reposan mis tenues corrientes.

 

Soy sacerdote de un incómodo verbo

y predicador de un credo incendiario,

de una fe ya no leída,

de un dogma mustiamente olvidado.

 

Soy poeta de versos poco románticos

y pintor de bocetos poco apasionados;

soy discípulo de sofistas empobrecidos,

autodidacta de líneas blasfemadas,

de manifiestos muy vigentes.

 

Soy enemigo de la cobardía,

de la ignorancia y estupidez;

de los hombres que huyen al saber de la rutina evangelista,

de la podrida ignominia.

 

Soy hostil de los lacayos,

de los peones adormecidos,

de los buenecitos colegiales;

de esos que abundan por nuestras calles

de los que tienen el rostro de yo no fui.

 

Soy náufrago que descansa en cualquier orilla,

forastero de Sodoma y Gomorra;

desterrado de una isla perdida por el proverbio que manifesté.

 

Soy un optimista impertinente,

el que entra sin tocar a la historia;

que rompe puertas encadenadas

y se lanza sin permiso a la realidad;

la que ya no se discute en la logia luminosa.

Lucho Trinidad.

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